Por lo que he visto en Google y lo que me ha comentado el Chat Gpt, hay bastante unanimidad de la crítica a la hora de ensalzar las virtudes de la serie de Movistar plus sobre la canción de Eurovisión de 1968. La de Massiel.
La canción ha sido bien recibida por su calidad de producción, su exploración de la historia detrás del triunfo de Massiel y las actuaciones de su elenco, encabezado por Carolina Yuste.
Discrepo.
Para mí lo mejor de esta miniserie, de tan sólo tres capítulos, es su duración.
Su corta duración.
La historia mezcla hechos históricos de dudoso rigor con varias subtramas de ficción demasiado forzadas.
Con esta miniserie otra vez caemos en la misma trampa de redimir al caudillo. Nuevo intento de humanizar al monstruo.
Vemos imágenes de Franco tembloroso con la escopeta de caza en mano o cabeceando ante el televisor como un viejo chocho. A pesar de que el guión incluye escenas, puestas con calzador, de las revueltas estudiantiles, la serie expone el final de una dictadura debilitada que se muere por su propip peso. Así nos lo vendieron y así encaramos la Transición.
Han pasado sesenta años y ahora sabemos que los valores (si se les puede llamar así) franquistas están aún muy presentes en un país que nunca juzgó las tiranías del régimen opresor.
El tema de Serrat y del catalán se aborda desde una perspectiva españolista y con muy poca sensibilidad. Personalmente me ha ofendido el poco tacto con el que se trata una reivindicación histórica y cómo se minimizan los daños de la represión vivida por los catalano hablantes durante cuarenta años.
Y con la historia de amor prohibida entre dos de los protagonistas, dos hombres, se les ha visto el plumero. Se incluye como una subtrama sin ningún otro propósito, a mi parecer, que atraer al colectivo LGTBI, que actualmente se han posicionado como fans incondicionales del Festival de Eurovisión.
Además de poco sutil, el guión abusa de los estereotipos. Por ejemplo, la prepotencia de los ingleses. Desafortunadamente incluye escenas que no aportan nada interesante a la trama, como cuando la representante italiana tiene un bajón.
Finalmente, Carolina Yuste se merece el premio Goya a la mejor sobreactuación de la cartelera. Pero cómo es una serie tendrá que ser un premio Feroz.

