Escribir un niño, plantar un libro y tener un árbol….
Qué más da? Que cada uno viva su vida como quiera, o pueda, y sin prisas por llegar a la meta. Más que nada porque ya sabemos que nos espera en la meta…
Y digo yo que no hay maneras correctas e incorrectas de vivirla, aunque los “emisarios” del más allá lleven siglos dando la lata. Y digo yo que a estas alturas la hermana Josefina ya se habrá convencido de que yo “no sería una buena monja”.
De palabra, obra y omisión. He coleccionado pecados de todo tipo para despejar cualquier duda y demostrar (o mejor aún, presumir) ante el mundo, y especialmente ante la hermana Josefina, que ese no es mi club. Y si alguna vez he sido una buena cristiana, lo siento mucho, perdón, me he equivocado y no volverá a suceder.