Intuyo que todavía estamos en ese punto del partido en el que, para ganar adeptos a la causa, a los guionistas del proceso independentista catalán aún les debe interesar más un gobierno español reaccionario, obtuso y antipático que uno aparentemente comprensivo y abierto al diálogo. No hay que ser muy audaz para darse cuenta que mientras los primeros te putean abiertamente, los segundos son mucho más peligrosos, lobos con piel de cordero, políticos de doble moral. Son de esos que te ponen un pisito y te sacan a pasear pero que, como los otros, nunca han tenido ninguna intención de llevarte al altar (en este caso, ante el notario y para formalizar los papeles del divorcio).
A juzgar por la portada de La Vanguardia de hoy domingo, 24 de enero, el president Puigdemont lo tiene claro sobre el PSOE. “Sánchez puede parecer más cordial, pero es como Rajoy”. Un Rajoy, por cierto, que ha salido fortalecido de su desnudo ante el mundo, telefónicamente hablando, atrapado por una broma radiofónica. En el imaginario colectivo, Rajoy es ahora en esencia un poco màs conciliador y campechano. No, esa llamada no hizo crecer el número de indepentistas. El procés se nutre de ultrajes, recursos al TC y sentencias contra el modelo de inmersión lingüística.
En las redes sociales el independentismo vive con entusiasmo y prisas el vodevil de la Moncloa y la Zarzuela. Prisas por no dejar escapar el moment, al que califican como una oportunidad de oro para irse, para “fotre el camp”. Porque desengañémonos, lo que quieren es eso. No sirven las propuestas “plurinacionales” de Podemos, que está claro que no lo han pillado.
Aunque vistan con piel de cordero, a la hora de la verdad quiero pensar que cualquier otra oferta que no sea un referéndum de independencia sólo servirá para crear más simpatizantes para la causa independentista. Y no hablo por hablar, si no por experiencia propia. Ni himnos, ni banderas ni fronteras. Y precisamente por eso, porque la unidad de España parece intocable hasta tal punto que ni los políticos rebeldes sin “casta” están dispuestos a dejar que el pueblo decida, por eso me reafirmo en mis simpatías independentistas, que florecieron en algún ultraje del camino, y en mis ganas de FOTRE EL CAMP!