¡Vaya dos zascas me metieron ayer. En toda la cara.
El autor, un cómico hasta hace cuatro días totalmente desconocido para mí.
Después del segundo zasca dejó de agradarme su humor. De hecho, con el primero ya se había extinguido mi moderado interés hacia su persona.
Lo más penoso es que no me ha quedado claro si intentó hacerse el gracioso o si es un maleducado.
Le fui a felicitar por su monólogo. Su respuesta no merece ser recordada.