Hemos llegado al punto en que la indignación hacia la institución monárquica se ha convertido en indiferencia. Parece que estemos esperando que el tiempo haga su trabajo y que los Borbones, igual que pasó con Franco, caigan por su propio peso.
Quizás deberíamos aprender un poco de los argentinos. ¡Nunca pensé que diría eso! Después de pasar hora y media escuchando entre las risas del público, como el cómico Sebastián Wainraich se reía de sí mismo y de su país, hasta la humillación, me he dado cuenta de que a los argentinos les sobra ego para eso y más y que en España nos falta autoestima para reírnos de nuestras mierdas con la cabeza bien alta..Més
